Una de las maneras que tenemos de querernos y respetarnos es cuidando este maravilloso y
sabio cuerpo de mujer.
Bienvenidas a mi blog. En esta primera entrada quiero compartir con vosotras la importancia de cuidarnos.
Muchas mujeres han perdido la confianza en la medicina alopática o convencional, pues no han recibido el trato y la atención que merecían.
Esto se puede deber a que, en ocasiones, los médicos emitimos diagnósticos sin ser conscientes de la repercusión que puede tener o tiene en la vida de una persona. Muchas veces se emiten estos diagnósticos en la adolescencia y supone un lastre de tal magnitud, que la mujer llega a identificarse tanto con la enfermedad que incluso me han llegado a decir literalmente “Soy un Síndrome de ovario poliquístico”, en una de mis consultas. Quizás, si los profesionales dedicásemos el tiempo que las mujeres merecen, este tipo de situaciones podrían evitarse.
Es por ello que en mi asistencia se prioriza la escucha atenta, la empatía, la sexualidad como pilar fundamental de la vida de una mujer y la educación como herramienta de empoderamiento. Además, mi compromiso firme es el de que nunca más una mujer se sienta abandonada por el o la profesional que la atiende.
Es importante entender que las revisiones periódicas ginecológicas no son como las revisiones que pasa un vehículo. Es decir, las revisiones anuales del bienestar de la mujer, como a mí me gusta llamarlas, están basadas en la evidencia científica y son un regalo que nos hacemos nosotras a nosotras mismas. Es una forma más de cuidarnos. Por tanto, es sustancial elegir el profesional con el que queremos hacernos este regalo para sentirnos escuchada, acompañada y protegida en momentos de tanta vulnerabilidad.
Es esencial recuperar o conectar con nuestra propia sabiduría. Conocer nuestro cuerpo y saber qué nos está ocurriendo y que nos quiere decir cuando se manifiestan ciertas patologías, así como confiar que lo que necesitamos está dentro de nosotras.
Es indispensable la prevención. Tanto primaria, teniendo hábitos de vida saludable e informándonos con regularidad, como la secundaria, con una buena adherencia a los programas de cribado. En mi campo sería, por ejemplo, realizando citología y mamografía periódica para la prevención del cáncer de cuello de útero o el de mama.
Aprovechemos la suerte que tenemos de tener a nuestro alcance todas estas herramientas y cuidémonos.
Con este post os doy la bienvenida a un espacio para cuidarte, un espacio de conocimiento de nuestro cuerpo de mujer para el autoconocimiento y el empoderamiento.
Si quieres escuchar el podcast completo en el que hablamos de todo esto junto con Eli Bermudo, os dejo el enlace a continuación.